jueves, 19 de marzo de 2015

LA GESTIÓN FINANCIERA, FACTOR DE ÉXITO EN LA EJECUCIÓN DE UN PROYECTO

LA GESTIÓN FINANCIERA, FACTOR DE ÉXITO EN LA EJECUCIÓN DE UN PROYECTO[1]

Por Juan José Miranda Miranda [ Acerca del autor]


Abstract: La gestión financiera es una función que permite unificar la planificación, presupuestación, contabilidad, pagos, informes financieros, controles internos, auditoría, adquisiciones, desembolsos para respaldar la ejecución. Es un elemento crítico en el éxito de un proyecto. Contar con información financiera oportuna y relevante permite construir una base firme para tomar mejores decisiones, lo que a su vez facilita el avance físico del proyecto al contar con la necesaria disponibilidad de fondos, reduciendo el riesgo de demoras y cuellos de botella. En un proyecto, una buena gestión financiera proporciona la información esencial para los que realizan las otras tareas propias de la implementación y supervisión, pues posibilita los controles internos y la capacidad de identificar con rapidez los sucesos inusuales y los desvíos que comprometen el presupuesto asignado, lo que facilita la detección y prevención del fraude y la corrupción. Es pues la función financiera una de las más idóneas herramientas con que cuenta un gerente para apuntalar el éxito de los proyectos a su cargo.




Etapas  en  la administración financiera de la ejecución      

            El desarrollo de todo tipo de proyectos y en especial aquellos de alguna magnitud, que son los que concentran nuestro mayor interés, precisan apelar a diferentes fuentes internas y externas (nacionales e internacionales) para su cabal financiamiento.[2] Tres etapas se deslindan o distinguen en la administración financiera para la ejecución del proyecto: identificación de una estrategia de financiación; la planificación financiera y el cierre financiero. En consecuencia el gerente del proyecto y los responsables del tema los deberán abordarlas con suficiente rigor:

q   Identificación de una estrategia de financiación: La posibilidad de adelantar una adecuada operación de financiamiento se basa principalmente en el conocimiento exhaustivo del proyecto y sus necesidades de recursos, de las fuentes disponibles con sus limitaciones y restricciones, y especialmente de la capacidad de gestión del equipo responsable.  La estrategia financiera debe conjugar y hacer valer todas las fortalezas potenciales y mitigar el efecto y la importancia de las debilidades observadas, con el fin de lograr una negociación equilibrada que favorezca a las partes. Vale la pena anotar que en algunos casos se nombra tempranamente al gerente responsable de la ejecución del proyecto, con el fin de comprometerlo  activamente en la negociación con los potenciales inversionistas, lo mismo, que en los acuerdos en montos y condiciones de créditos con banqueros  y proveedores de equipos, insumos y suministros. Este escenario resulta particularmente interesante, puesto que, en el diseño y elaboración de contratos y en la exigencia del cumplimiento de los mismos, estará el gerente del proyecto, quien podrá coordinar con mayor seguridad las necesidades de recursos financieros demandados por las diferentes actividades y las fuentes comprometidas en valores y fechas. Sin embargo, y tal como lo anotamos previamente la selección de la firma o profesional que asumirá la responsabilidad de la gerencia del proyecto, suele  hacerse en la mayoría de los casos, después de haber negociado las condiciones de participación de inversionistas y de proveedores de crédito, más aún, en muchas ocasiones éstos tienen activa participación en la selección del gerente del proyecto. La razón en muy sencilla,  tanto inversionistas como las agencias de crédito son muy suspicaces con el manejo de los recursos que comprometen y exigen garantías de idoneidad en todos los agentes que se vinculen, con el fin de mitigar cualquier riesgo que ponga en peligro la ejecución del proyecto y por ende sus inversiones. En fin, la identificación de una estrategia financiera es el resultado de un trabajo en equipo formado por los propietarios del proyecto o sus gestores, los proveedores de recursos financieros interesados y el grupo de gerencia, todos ellos, conciliarán intereses para establecer un plan y un cierre financiero exitosos.      

q   La planeación financiera: Desde luego que solamente tiene sentido una planificación financiera rigurosa cuando el estudio de preinversión se ha desarrollado, repetimos, a nivel de factibilidad y se tienen suficientes evidencias para pensar en que el proyecto se ejecutará, por lo tanto los diseños definitivos avanzan hasta el nivel de ingeniería de detalle que permita respuestas adecuadas y suficientes en torno a los siguientes aspectos:

§  Programación de actividades y sus necesidades de recursos monetarios.
§  Información relativa a los fabricantes de equipos y proveedores y las condiciones de negociación.
§  Cronología de las operaciones.
§  Definición de moneda y condiciones de pago.
§  Requisitos  documentarios y garantías exigidas.
§  Fuentes alternativas disponibles y sus respectivos costos, plazos y condiciones.
§  Organización y direccionamiento (usos) de los fondos gestionados y comprometidos.

              La desagregación tecnológica del proyecto (EDP) nos permite identificar plenamente las actividades que se deberán realizar, el momento de su ejecución y los recursos de todo orden necesarios para terminarlas adecuada y oportunamente.  Los recursos financieros deberán planearse para procurarlos en el momento adecuado, habida cuenta de los requisitos exigidos por proveedores, banqueros e inversionistas que no entregarán recurso alguno hasta no llenar a plenitud las condiciones y obligaciones establecidas en los contratos.
                                 
              Dada la magnitud de la mayoría de proyectos referenciados en esta publicación, se precisa la concurrencia necesaria de una serie de agentes que aporten dinero, asuman riesgos y se beneficien de los resultados, por lo tanto la estructuración jurídica y la formulación financiera del proyecto, deberá ser de tal rigor y transparencia que los participantes potenciales puedan ponderar adecuadamente los costos y beneficios que se derivan hacia ellos, y especialmente corroborar la capacidad autónoma del proyecto durante la operación, para generar los recursos que permitan atender  los compromisos tributarios, los del servicio de la deuda y, desde luego, aquellos valores que a manera de utilidades satisfagan las expectativas de los agentes involucrados.

El plan financiero debe atender entre otros los siguientes requisitos:

§  Los patrocinadores o gestores del proyecto deberán garantizar la consecución de los recursos suficientes para la instalación, montaje y puesta en marcha, ya que de no ser así no encontrarán respuestas en ninguno de los eventuales participantes, sean estos compradores o proveedores de insumos, o inversionistas externos que solamente participan siempre y cuando les ofrezcan confiables garantías que respalden el pago de las acreencias a través de  la operación. Solamente a través de un cierre financiero riguroso y confiable se pueden garantizar los recursos necesarios para la ejecución del proyecto.
§  Los gestores del proyecto deberán orientar las pesquisas en los mercados de capitales para buscar financiación en las mejores condiciones posibles.
§  También los gestores deberán reducir al mínimo la exposición al riesgo de insolvencia por parte de los patrocinadores o propietarios.
§  Mediante modelos de ingeniería financiera se diseñarán formas de repartición de dividendos que optimicen la tasa de rendimiento de las acciones de los patrocinadores, teniendo en cuenta los condicionamientos exigidos por los prestamistas y el flujo de efectivo derivado de la operación del proyecto.
§  Los responsables de la planeación financiera deberán Identificar y exigir por parte de las autoridades el reconocimiento de los beneficios fiscales a que tenga derecho el proyecto.
§  También deberán conseguir un tratamiento regulatorio adecuado dentro de las normas vigentes.
§  Además deberán garantizar la mejor sincronía entre el flujo de efectivo generado por el proyecto y la programación del pago del servicio de la deuda  y el reconocimiento de las demás acreencias.

      Se trata de conciliar fuerzas antagónicas mutuamente dependientes que buscan mejorar su posición. La posición del gestor del proyecto es lograr un nivel de equilibrio a través de fórmulas conciliatorias que armonicen los riesgos con los aportes, y que permita sacar adelante el proyecto y por ende beneficiar sustancialmente a cada uno de los participantes. En efecto, el diseño del plan para la financiación del proyecto incluye la consecución de recursos tanto para la ejecución como para garantizar la sostenibilidad, por lo tanto, requiere de la identificación y análisis de las fuentes potenciales de fondos y su disponibilidad periodo por periodo y, obviamente, la programación de la producción y las ventas para la presupuestación de los ingresos en cada año de operación del proyecto. Cuando se trata de proyectos sociales promovidos por el estado o alguna de sus entidades adscritas, cuyo objetivo no es precisamente generar utilidades financieras, los gestores deben asegurar compromisos de vigencias futuras del presupuesto oficial para garantizar la sostenibilidad.

      Tal como lo anotamos anteriormente el reto de los gestores de proyectos es atender armónicamente los intereses de los diferentes agentes que participan. Los prestamistas reclamarán mayor seguridad, menos riesgo y el pago oportuno de las acreencias y en las mejores condiciones de tasa de interés y de garantías. Los propietarios perseguirán los créditos más baratos, en condiciones más flexibles y la asunción mayor de riesgos por parte de los acreedores. Se trata pues de conciliar en un punto en el cual las partes se manifiesten satisfechas.

q   Cierre financiero: Quizá uno de los retos más difíciles para los propietarios de un proyecto de alguna magnitud es precisamente garantizar la llegada oportuna de los recursos financieros suficientes, originados en diferentes fuentes, para garantizar la realización de todas y cada una de las actividades programadas para la ejecución, vale decir, estructurar el “cierre financiero”. Aquí surgen dos modalidades extremas: por un lado el propietario se encarga de conseguir los recursos y contrata a una firma especializada para la ejecución del proyecto. Una tendencia más moderna es que la firma ejecutora sea también la responsable de gestionar los recursos y hacerse responsable de su devolución o pago a través de los flujos generados durante la operación. En cualquier circunstancia e independiente de quien asuma la responsabilidad, es preciso protocolizar el cierre financiero, para lo cual es preciso diseñar y aplicar refinados modelos de ingeniería financiera, puesto que se necesita tomar decisiones en torno a:

  • Monto de endeudamiento requerido: el estudio de factibilidad y los diseños definitivos ofrecen toda la información confiable para dimensionar las necesidades de capital para la financiación del proyecto tanto en el periodo de ejecución como durante la operación. La determinación del nivel de endeudamiento apropiado se establece a partir de:

o  Monto de las inversiones fijas y diferidas necesarias para la ejecución.
o  El monto de las necesidades del capital de trabajo que proscriba cualquier conato de parálisis por falta de recursos. 
o  Costos financieros que hay que asumir por la financiación de la ejecución y las demás cargas derivadas de la administración del crédito.
o  Un margen de seguridad que permita cubrir eventuales situaciones no previstas.

·       Inicio de operación temprana: si las circunstancias de orden técnico y mercadeo lo permiten en algunos proyectos se puede programar el inicio de operaciones antes de la terminación total del proyecto (crecimiento en forma modular), lo que origina la disponibilidad anticipada de ciertos ingresos que alivien las cargas derivadas de los créditos. Dado que esto afecta directamente la cronología y ejecución presupuestal el gerente del proyecto debe tener especial interés en esta estrategia que debe ser analizada e impulsada si resulta válida y es concurrente a los propósitos del proyecto.

·       Determinación del grado máximo de apalancamiento: la razón deuda/capital que determina el nivel máximo de apalancamiento depende de:
o  La rentabilidad esperada y los riesgos de operación del proyecto.
o  Capacidad de los patrocinadores de contribuir con capital.
o  Interés que manifiesten los potenciales inversionistas de aportar capital.
o  La participación como inversionistas de los eventuales compradores del producto o servicio.
o  La intención de participación como inversionistas de proveedores de insumos.
o  Nivel de cubrimiento de las garantías.
o  Solvencia de las partes interesadas en la compra del producto o servicio manifiesta en la suscripción de sólidos contratos de compra de mediano y largo plazo.
o  El nivel de apalancamiento corresponde a un equilibrio entre la capacidad del proyecto de convocar y emplear recursos ajenos y la posibilidad real de pagarlos con los flujos derivados de la operación. Un apalancamiento exagerado pone en peligro el proyecto al no producir los flujos suficientes para el servicio de la deuda, pero el no aprovechar adecuadamente la capacidad de endeudamiento puede acarrear, al mismo tiempo, costos de oportunidad. En resumen, la capacidad de endeudamiento corresponde al nivel de deuda que el proyecto es capaz de servir por completo durante el periodo de amortización del préstamo. Se suele calcular a partir del flujo de efectivo descontado año por año.
Se trata pues de establecer la cantidad máxima de apalancamiento a la cual se puede acceder, teniendo en cuenta las características financieras del proyecto y las condiciones establecidas por los prestamistas. Uno de los trabajos que deben realizar los asesores financieros de los propietarios del proyecto o de los gestores del mismo, es la elaboración de modelos que garanticen la inclusión de toda clase de variables pertinentes relacionadas con los flujos de caja previstos en diferentes escenarios, que permitan argumentar válidamente ante los prestamistas las solicitudes de crédito correspondientes, basadas en la capacidad de endeudamiento. La experiencia y el conocimiento de estos expertos permiten valorar diferentes paquetes de financiación que brinde el costo de capital más atractivo, asumiendo diferentes niveles de riesgo.
·       Aplicación de capital propio como garantía de la solvencia del proyecto: el programa de utilización de fondos a largo plazo debe concordar con las erogaciones necesarias para la construcción, instalación y puesta en marcha. Los prestamistas suelen ser un tanto desconfiados y requieren que los patrocinadores o propietarios y los inversionistas de capital apliquen una cantidad significativa de recursos a la inversión inicial (como prueba de confianza en su propio negocio) antes de comenzar a irrigar el proyecto con sus recursos. Este requisito asegura que los prestamistas, propietarios e  inversionistas de capital adquieren un compromiso firme desde los primeros momentos.

·       Estimación del flujo de caja periodo por periodo: desde luego, que un plan financiero técnicamente concebido debe compaginar armónicamente la necesidad de recursos financieros para realizar las diferentes actividades y los flujos de ingresos derivados de los compromisos acordados con prestamistas e inversionistas, de lo contrario el proyecto tendrá que apelar a financiaciones costosas de corto plazo. En principio la información financiera derivada de los estudios de factibilidad suele presentarse en períodos anuales, sin embargo, los asesores de las partes tendrán que corroborar en escala mensual o semanal según el caso, el comportamiento de los flujos de caja. 

·       Selección de monedas: cuando se acuerda recibir dinero por concepto de aporte o crédito o recursos originados en las ventas, y también se acuerda el pago de acreencias en diferentes monedas se puede incurrir en un riesgo de tipo de cambio que es preciso mitigar, por esa razón, los patrocinadores o propietarios negociarán basados en algún modelo multimoneda que mitigue y controle este riesgo.

·       Estimación del horizonte del proyecto o su vida útil: es claro que el vencimiento de la deuda de un proyecto no debe exceder su vida útil. Algunos proyectos de extracción de minerales o petróleo, según la tasa de producción pueden determinar con precisión su vida útil y ajustar a propósito el esquema de financiación. Si bien es cierto que el gerente del proyecto solamente tiene que preocuparse por los sucesos de todo orden acaecidos durante la ejecución, también es cierto que además de la nueva capacidad instalada, el gerente es responsable de entregar al operador unas finanzas sanas, respaldadas por una capacidad de producción o de prestación de servicios que genere recursos suficientes para atender las acreencias originadas en las grandes inversiones de la ejecución.

     De lo anterior se desprende que el dimensionamiento del monto requerido, la estimación del grado máximo de apalancamiento soportable, la disponibilidad de recursos propios como garantía de solvencia y seriedad, la estimación detallada de flujos de caja a escala mensual, la selección de monedas fuertes para recibir y entregar recursos, y la estimación rigurosa del horizonte del proyecto y su vida útil son argumentos que es preciso analizar para garantizar un cierre financiero confiable y exitoso.

Juan José Miranda Miranda
Marzo de 2015




[1] Tomado contextualmente del libro “El Desafío de la Gerencia de Proyectos” (tercera edición) de Juan José Miranda Miranda
[2] Al final del capítulo, presentamos diferente modalidad de financiamiento de proyectos que determinan pautas o formatos distintos en la planeación y organización financiera para la ejecución de un proyecto

No hay comentarios:

Publicar un comentario